Cuando en 1906 Alois Alzheimer describe el caso de Augusta Deter como una “peculiar enfermedad de la corteza cerebral” no era consciente de la gran repercusión que tendría su descubrimiento en el futuro Es una enfermedad neurodegenerativa progresiva, una degeneración del cerebro (sobre todo a nivel de la corteza cerebral) que va perdiendo neuronas y acumulando una proteína anormal (amiloide) y mostrando una serie de lesiones características: Atrofia cerebral generalizada, Placas seniles (neuríticas o amiloides) alrededor de las neuronas (también se ven en ancianos normales), Ovillos neurofibrilares, intraneuronales –P.Tau- (característicos de la demencia). Se correlacionan estrechamente con la muerte neuronal y el grado de severidad de la demencia. Son formaciones anormales en el interior de las neuronas, Alt. neurotransmisión (colinérgico, serotoninergico, ...), Cuerpos de Hirano, pérdida sustancia blanca, neuritas distróficas... En definitiva, se trata de una reducción progresiva de la capacidad de pensar, recordar, aprender y razonar, que ocasiona una dificultad cada vez mayor para cuidarse y dirigirse a sí mismo lo que conlleva a una dependencia total de la persona afectada para actividades tan elementales como comer, vestirse, asearse… y estas tareas recaen en las personas cuidadoras.